martes, 30 de abril de 2019

Nos visita Miguel Roldán, ¿culpable de ser solidario? (por Ana Vargas)

  “Cinco minutos en el Mediterráneo de cualquier político cambiarían muchas cosas”

     Miguel Roldán, bombero malagueño de 32 años, compartió con 100 estudiantes de nuestro instituto IES La Rosaleda su experiencia rescatando migrantes en el mar Mediterráneo.

Natural de Cuevas Bajas (Málaga), Miguel Roldán Espinosa nos ilustró con sus vivencias en el aula magna de nuestro instituto el pasado 29 de abril ante la atenta mirada de unos cien estudiantes, quienes pudieron conocer de primera mano la grave crisis humanitaria que viven los migrantes de África y Oriente Medio en las aguas del Mediterráneo.


En 2016 viajó a Lesbos con la ONG española Proem-Aid para ayudar a los refugiados. Al tener conocimiento allí de que la situación en la ruta central del Mediterráneo, frente a Libia, era muchísimo más dramática, en junio de 2017 decidió pasar sus vacaciones en el barco Iuventa de la ONG alemana Jugend Rette. “El Iuventa era una barco pesquero con una tripulación de 17 personas sin capacidad para llevar a los migrantes a un puerto seguro. ”Nuestra labor era rescatarles del mar y trasladarlos a barcos más grandes”, nos cuenta. Durante los 22 días que estuvo en aquellas aguas calcula que pasaron por el Mediterráneo central 14.000 mil personas y por su ONG, unas 5.000. Por esta labor de rescate hoy se enfrenta en Italia a una acusación de tráfico de personas que podría conllevar una pena de hasta 20 años, lo cual es totalmente incomprensible, ya que ellos en cada misión de rescate contaban con el permiso del Gobierno italiano.

     Los emigrantes llegaban en unas condiciones horribles. En muchos casos habían necesitado meses de travesía y cruzar hasta siete fronteras para llegar a Libia. “Hablar de Libia es hablar del miedo. Muchas mujeres caen en redes de tratas de blancas y a los hombres los convierten en esclavos”, asegura Miguel. Pero eso no es lo peor. Una vez rescatados se encuentran con una situación que no esperan. “Ellos piensan que ya han alcanzado su objetivo, pero no es así. Les esperan meses en centros de internamiento. Pasan varios años hasta que pueden regularizar su situación. De tal manera que los padres sacrifican sus vidas para que los hijos puedan tener un futuro en Europa”, relata.

     A diferencia de lo podríamos pensar, muchos de los migrantes no tienen un perfil de pobreza. “Allí te encuentras con gente con carreras universitarias, que dominan dos o tres idiomas y con un buen poder adquisitivo, que han visto truncada sus vidas por una guerra”, añade. Pero él piensa que “vivimos en una sociedad abocada al ojos que no ven, corazón que no siente. Cinco minutos en el Mediterráneo de cualquier político, cambiarían mucho las cosas”.

     Miguel cree que es necesario que este drama se conozca. Han sido sorprendentes las facilidades que nos ha dado para venir a nuestro centro. Por supuesto, ha acudido totalmente gratis. Pero además ha madrugado para llegar desde Sevilla a las 9 de la mañana y eso que le avisamos con muy poco tiempo de antelación.

     Los alumnos han aprendido mucho del relato de Miguel, ya que no es lo mismo escuchar una noticia en la televisión que tener delante a alguien que te cuenta la experiencia en primera persona. “A parte de colaborar con una ONG, hay algo que todos podemos hacer sin tener una especial preparación: empatizar y difundir lo que ocurre en el Mediterráneo”.


¡Muchas gracias, Miguel! Suerte con tu juicio. Tranquiliza saber que hay personas como tú

Fuente del artículo: La Casa de las Musas (Ana Vargas)

Puedes leer más sobre esta noticia en Diario Sur y sobre su visita a nuestro Centro en Málaga Hoy.

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